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Documento BOE-A-2005-529

Resolución de 22 de octubre de 2004, del Consell Insular d´Eivissa i Formentera (Illes Balears), referente a la declaración como bien de interés cultural de ses Salines de Formentera.

Publicado en:
«BOE» núm. 9, de 11 de enero de 2005, páginas 1051 a 1054 (4 págs.)
Sección:
III. Otras disposiciones
Departamento:
Administración Local
Referencia:
BOE-A-2005-529

TEXTO ORIGINAL

El Pleno del Consell Insular d'Eivissa i Formentera en sesión ordinaria celebrada el día 16 de julio de 2004 aprobó por unanimidad el siguiente acuerdo, en relación con la propuesta de la Comisión Insular de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Histórico-Artístico (CIOTUPHA) de declaración como bien de interés cultural (BIC) de ses Salines de Formentera:

(...)

1. Desestimar las alegaciones presentadas por Salinera Española, S.A. 2. Declarar bien de interés cultural con la tipología de lugar histórico ses Salines de Formentera (Anexo I y Anexo II). No se fija ningún entorno de protección. 3. Notificar el acuerdo al interesado, al Ayuntamiento de Formentera y al Govern de les Illes Balears. 4. Publicar el acuerdo en el BOIB y en el BOE. 5. Registrar en el registro insular de BICs.

Lo que se hace público a los efectos oportunos, de conformidad con lo que dispone el art. 10.2 de la Ley 12/98, de 21 de diciembre, del patrimonio històrico de las Illes Balears.

Eivissa, 22 de octubre de 2004.-El Presidente, Pere Palau Torres.

ANEXO I

1. Memoria histórica

No hay duda de que ses Salines de Formentera, igual que sucede con las de Eivissa, fueron explotadas con la misma antigüedad.

Incluso sería lógico considerar que, en época prehistórica, los habitantes de la Pitiusa menor aprovecharían las bases saladas naturales para la obtención de un elemento que, hasta la aparición en el mercado de la refrigeración artificial, fue clave en la conservación de alimentos. A pesar de eso, el tema no ha sido investigado a fondo y, por ahora, permanece en el simple terreno de la lógica. Antes de la conquista catalano-aragonesa de 1235 ya se mencionan les Salines de Formentera en las previsiones de reparto: ... y toda la isla de Formentera con sus salinas. En la carta de enfeudación de la isla de Formentera otorgada por Guillermo de Montgrí a Berenguer Renard el 19 de agosto de 1246 se dice textualmente: Tu etiam et tui populatores eius insule possitis in salinis abstrahere sal ad usus et opus vestris sed no possitis inde trahere el alicui vendere vel dare sine spetiali licencia nostra; et tu et tui possitis piscare in stagne et in mare. Tradicionalmente, en la Edad Media las salinas estaban regidas por la Universidad, que realizaba la explotación a cambio de una serie de rentas a la Corona. El 1715 ses Salines de Formentera, juntamente con las de Eivissa, pasaron a ser propiedad del Estado. El año 1797, el carpintero Antoni Roselló propició que las ruedas que mueven las aguas de los estanques se perfeccionasen. Su idea, aunque también incluía las instalaciones salineras ibicencas, fue aplicada principalmente en Formentera. La solución fue cara, ya que los nuevos ingenios tendían a sustituir la madera por el hierro y, a causa de la enorme salinidad que los afectaba, duraban poco en buen estado. Formentera solamente tenía un cargador y era muy reducido, apenas tenía cabida para 300 modios. El autor lo califica de bellísimo y resguardado de los vientos de tramontana, gregal, levante y jaloque y sugería que, en lugar de mejorarse éste, se hiciera otro nuevo en el lugar conocido como es Muntanyar. Al inicio del siglo XIX, el estanque de ses Salines de Formentera tenía 1.812 × 375 varas de largo y entonces estaba dividido en cuatro estanques denominados: Sant Lluís, Mules, Divisió y Barquetes. Otro estanque estaba alejado una legua del de Sant Lluís y se denominaba estanyol de la Savina. Lo consideraba demasiado distante de ses Salines y todavía más del cargador. Según el Archiduque Luis Salvador, el 1871 las salinas fueron vendidas por el Estado español a una empresa privada y el 1885 todo hacía prever que las salinas desaparecerían, pero el Estado se decidió a revenderlas y así, afortunadamente, el peligro se disipó. La explotación por una compañía particular las volvió a revivir. Además de los estanques, las salinas tienen dos casas, sa Revista y es Carregador de la Sal, y unas ciento cuarenta y cuatro hectáreas de bosque y arenales. La parte más importante, denominada ses Salines, de unas veinticuatro hectáreas, fue vendida a Joan Baptista Muntaner (1871) y él la vendió dos años después a Antoni Marroig Bonet, propietario que había promovido el cultivo de viñas en Formentera, por el mismo precio que había pagado, ochenta mil cuatrocientas una pesetas. Las salinas d'en Marroig se dividían en cuatro estanques pequeños que recibían los nombres de Principal, de ses Mules, Divisió de ses Barquetes, ses Barquetes y Sant Lluís. Las obras de mejora que se fueron haciendo allí consiguieron la explotación de ocho estanques naturales y seis artificiales. De esta manera las salinas iban tomando poco a poco una importancia considerable. Al sur del camino de la Savina a Sant Francesc se encontraba s'Estany des Peix, laguna de agua salada donde abundaban los peces que le dieron nombre. Era un buen refugio para las embarcaciones pequeñas. Mucho mayor era s'Estany Pudent, a gregal del anterior, entre las salinas d'en Marroig y d'en Ferrer. El nombre le venía de los malos olores que se desprendían antiguamente en verano. Se había denominado estanque de los Flamencos, porque, según se cree, las aves abundaban mucho. Actualmente sólo aparecen de vez en cuando. S'Estany Pudent fue un foco insalubre para los habitantes de Formentera. Dejó de serlo desde que el último obispo de Eivissa, Basilio Antonio Carrasco Hernando (1831-1852), de muy grata memoria en las Pitiusas, mandó abrir, a expensas suyas, la acequia que desde hace más de cincuenta años pone en comunicación la laguna con el mar. Dentro de s'Estany Pudent existían algunos nacimientos de agua dulce, uno de ellos tan abundante que subía visiblemente a la superficie, cuando ésta estaba plana y sin viento. Desde que se abrió la acequia para comunicarlo con el mar, s'Estany Pudent tenía diversidad de peces y allí pescaban los habitantes de Formentera, de Eivissa e incluso de la península. Las especies mas corrientes eran mújoles, lisas, herreras. También acudían allí diversas aves, como patos y otros. El año 1868 el Real Patrimonio vendió s'Estany Pudent a la sociedad J. E I. Wallis y Compañía. Esta empresa había hecho muchas mejoras en el mencionado estanque, hasta el punto de convertirlo en una piscifactoría importante. La sal solía sacarse entre el mes de julio y la caída del verano y se empleaban dos máquinas de vapor. Los trabajadores se servían de azadones y palas de madera, largas y especiales. La sal era transportada por vía férrea mediante animales de los trabajadores o de la compañía (p. 118 del libro de Marí Cardona sobre la edición del Archiduque de 1885). En la década de los años 50 del siglo XX se construyeron elementos relevantes como la torre de moler la sal, todavía en pie pero en peligro de derrumbamiento, al mismo tiempo que el sistema de vagonetas tiradas por locomotoras se impuso desde tiempos del ingeniero Eugenio Molina y hasta principios de los años 70 del siglo XX. Por los datos al alcance hay que suponer que las vagonetas y locomotoras aparecieron en escena a principios de la década de los años 80 del siglo XIX. Las salinas de Formentera, por razones económicas, pararon su actividad a mediados de los años 80 del siglo XX. Finalmente, a principios de los años 90, fue demolida la parte más septentrional del gran muro plataforma denominado es Guafe.

2. Memoria descriptiva

Las salinas de Formentera, a lo largo de su amplia y dilatada historia, han sufrido numerosas transformaciones. Nada se sabe, a nivel físico, de sus fases antiguas, como la púnica y la romana o la musulmana, a causa de las mutaciones posteriores.

Lo que hoy se puede observar y, en consecuencia describir, corresponde básicamente a la etapa comprendida entre los siglos XVIII y XX. Hay que distinguir en las salinas de Formentera dos sectores de estanques. Uno de ellos, de mucha menor superficie, se sitúa justo al S-SE del puerto de la Savina y eran las denominadas «Salines Ferrer». El otro sector salinero, mucho más amplio, como se ha dicho, está configurado por una franja alargada, con un eje principal de proyección NNW-SSE que, por tramontana, comienza prácticamente al lado del molino d'en Marroig y acaba en la costa NE de s'Estany Pudent. Es conocido el funcionamiento de las salinas de Formentera en su última etapa, es decir, la del siglo XX, gracias no solamente a lo que todavía puede examinarse físicamente, sino también a valiosísimos testimonios orales de viejos trabajadores, como el de Josep Serra Escandell «Formiga», persona a la que debe mucho la presente memoria. El agua del mar entraba en s'Estany Pudent mediante el canal de comunicación conocido como sa Sèquia (núm. 17), elemento necesario que, como antes se ha dicho, fue sufragado por Basilio Carrasco en el siglo XIX. En los alrededores de la costa del estanque se había construido un muro de circunvalación dentro del agua mismo, a fin de hacer dar la vuelta a la que entraría en los estanques salineros, aumentando así su graduación. La mencionada corriente de agua era activada por la denominada «màquina d'en Palla» (núm. 19). Se trata de un sistema mecánico que se sitúa al lado de la costa NNE de s'Estany Pudent, a pocos metros al SE del punto conocido como la Iglesia Vieja. Este sistema, a lo largo de buena parte de los años del siglo XX, sufrió diferentes transformaciones tendentes a su modernización técnica, a fin de mejorar la rotación de una gran rueda de hierro con palas para el trasvase del agua. De dicha rueda, todavía se conservan fotografías de los años 40, cuando estaba completa y en funcionamiento. Así, se sabe que, en un principio, empleaba un motor de gas pobre que posteriormente fue sustituido por una máquina semidiesel alemana de la marca Deutz y finalmente por una diesel más moderna. No obstante, existe una estructura, a escasa distancia al levante de la máquina d'en Palla, que sin duda era el elemento mecánico precedente en el sistema de movimiento del agua (núm. 20). Se conserva la torre, pequeña y ligeramente cónica, hecha con piezas de piedra caliza local y mortero de cal. Sus elementos mecánicos han desaparecido y quedan solamente troncos de sabina encaramándose por su paramento interior a modo de rudimentaria escalera. Se trata del molino d'en Ferrer, que se sabe construido a finales del siglo XIX. Hay que mencionar también las norias o sènies para subir el agua de un estanque más bajo a otro más alto. De éstas, existen tres, dos de ellas en las salinas d'en Ferrer (núm. 8 y 10) y una en las salinas d'en Marroig (núm. 18). Todas son idénticas y se basan en una plataforma, de planta circular y elevada sobre el nivel de los estanques, donde la rotación de un animal activaba una rueda con caños, sistema por tanto idéntico al de las norias de extracción de agua con finalidad agrícola tradicional. En el siglo XX, a pesar de conservarse las plataformas, los animales y aparatos mencionados fueron sustituidos por bombas modernas con motores diesel. No puede dejar de mencionarse la curiosa estructura de piedra con cemento, de planta cuadrada y cubierta por un techo de doble vertiente, que parte del mismo nivel del suelo y que es muy aristado y sólido. Tiene dos puertas contrapuestas que dibujan un zig-zag (núm. 11). Esta construcción, que claramente define un sistema de defensa antiaéreo, en realidad no constituye sino la protección de un depósito construido por el III Reich para el combustible de hidroaviones que amerizaban en s'Estany Pudent. En su interior permanece todavía un gran depósito metálico de forma cilíndrica y con algunos de sus tubos, que también son metálicos. A pesar de todo lo que se ha comentado, donde se concentran más elementos constructivos y de ingeniería, relacionados de un modo u otro con la industria salinera de Formentera, es entre el puerto de la Savina y el punto, más al levante, donde se ubica la ya comentada Sèquia (núm. 17). Sa Sèquia (núm. 17) es un canal con paredes laterales, rectilíneo y de proyección NW-SE, que comunica s'Estany Pudent con el mar. Es muy interesante, incluso técnicamente, el puente de piedra que existe cerca de su extremo NE (núm. 15). Está construido de piedra, que en parte es caliza y en parte calcárea, con mortero de cal, tiene resaltes en la base y está rematado con un arco de medio punto. En realidad, este puente fue construido para el paso de la vía férrea que conducía desde los estanques cristalizadores de las salinas d'en Marroig hasta la torre de molienda y es Guafe. Justo a la derecha de la desembocadura de sa Sèquia, por tanto en la misma orilla del mar, existe un vivero de peces tallado en la roca caliza base (núm. 16). Tiene forma cuadrada con dos canales de comunicación para el agua, contrapuestos en las esquinas NE y SW, uno de los cuales conecta con la misma acequia. Hay que hacer mención también de una caseta antiguamente utilizada por los carabineros, de los cuales ha tomado el nombre (núm. 14). Destaca, sobre todo, el tramo de poniente de sa Guia (la vía férrea), que está más próximo al puerto de la Savina. A fin de salvar el desnivel natural, se construyó un gran muro plataforma (núm. 4), de más de tres metros de ancho y una alzada creciente en dirección W. En su extremo, el trayecto antes recto dibujaba un ángulo de proyección NNW, para configurar lo que se denominada es Guafe (probablemente del inglés Warf) donde se efectuaban las operaciones de carga en barcazas y otros barcos para el transporte de sal. Esta parte final del muro fue destruida para realizar obras de reforma en el puerto de la Savina, a principios de los años 90 del siglo XX, convirtiéndose posiblemente en la única mutilación importante de elementos históricos construidos en todas las salinas de Formentera. De este modo, ya aislado de su trazado original, solamente queda una parte del muro de cierre de poniente (núm. 1). Otro elemento muy destacado e integrado en el muro plataforma mencionado es la torre de molienda (núm. 2). Se trata de una estructura de planta cuadrada con tres niveles de alzada y donde se sitúan los aparatos mecánicos de trituración de la sal, que todavía se conservan. Esta torre está hecha con piedra pero utiliza, en sus diferentes arcos, ladrillos cocidos. Su acabado está enlucido y pintado de blanco. En la esquina NE superior de la torre de molienda hay un palo de madera, que tiene insertado un elemento cónico de hierro. Los obreros de las salinas del siglo XX lo denominaban es Bombo. Cuando la pieza de hierro estaba en la parte alta del palo, era tiempo de reposo y, contrariamente, cuando estaba abajo era horario de trabajo. Al abrigo del gran muro plataforma y hasta las salinas d'en Ferrer y, más al levante, en la costa N de s'Estany Pudent, existían otros elementos constructivos relacionados con la industria salinera de Formentera. Así, el lugar que actualmente se emplea como astillero (núm. 7) no era otra cosa que una gran plaza donde se acumulaban montones de sal. Ésta estaba cerrada por el levante por un alto muro de mampostería de piedra ordinaria con grandes contrafuertes en su cara este. Se trata de un elemento con valor propio. Más al levante, también adosada al gran muro-plataforma por su parte de mediodía, existe otra plaza de acumulación de sal (núm. 21). Igual que la mencionada anteriormente, está protegida por muros perpendiculares, hechos con la técnica ya mencionada y con contrafuertes. En ésta todavía permanecen, medio petrificados, los restos de los últimos montones de sal, que ya no encontraron destino, pues se paró la actividad salinera. Destaca en este punto otra tolva, mediante la cual desde las vagonetas se vertería directamente la sal a dicha plaza. Aparte de eso, en la mencionada zona, hay diferentes almacenes y construcciones antiguas (núm. 3, 5, 6, 9, 12 y 13). Una de ellas, en realidad, tiene el aire de casa rural (núm. 9).

3. Estado de conservación

Físicamente, el estado de conservación de los elementos protegidos de las salinas de Formentera ha de considerarse excelente, aunque con algunas observaciones negativas que, en conjunto, no desmerecen demasiado el interés y la entidad del conjunto de bienes.

Así, hay que recordar que el máximo atentado fue el cometido en los años 90 del siglo XX en el punto del puerto de la Savina conocido como es Guafe, donde fueron rotos y eliminados una parte de los grandes muros y plataformas antiguas. Hay que decir también que la torre de molienda, a pesar de conservarse intacta, ofrece algunas grietas, propiciadas por las ya mencionadas demoliciones, que, a medio plazo, podrían amenazar su integridad. El resto de elementos, como las norias, los muros de separación de estanques, la máquina d'en Palla, el molino d'en Ferrer, etc. se conservan bien y de modo íntegro, a pesar del estado de abandono.

4. Bienes muebles y otras pertenencias vinculadas al inmueble

En este apartado se considera lógica la inclusión de toda una serie de vagonetas conservadas como elemento decorativo en el interior de la zona de protección.

De la misma manera, se vincula también la locomotora que se conserva actualmente en el museo etnológico de Formentera. En cuanto a la torre de molienda, los mecanismos de trituración de sal que, según informaciones verbales, se conservan, quedan también vinculados al bien inmueble.

5. Justificación, tipología y alcance de la declaración

Las salinas de Formentera constituyen una unidad industrial e histórica ligada a las formas de vida y a la economía de Formentera desde tiempos inmemoriales.

Como se ha dicho en capítulos anteriores, la estructura productiva de estas salinas, en su fase más reciente, la de los siglos XIX y XX, a nivel físico permanece prácticamente intacta. Ultra esto, se trata de un paraje natural de gran belleza e interés, tanto ecológico como medio-ambiental. Un hecho que hay que considerar radica en el abandono actual de las instalaciones, tras el paro productivo de los años 80 del siglo XX. Pero, no obstante, hay que dejar un margen a la posibilidad, seguramente positiva, de que en el futuro se retome la actividad industrial. En cualquier caso, el técnico que suscribe considera que todos los elementos constructivos y de ingeniería de esta instalación deben ser protegidos, como testimonio inactivo pero físico, de toda una gran etapa histórica o, en caso contrario, de una actividad viva, en la que dialoguen los valores histórico-patrimoniales del pasado con las innovaciones tecnológicas que se consideren lógicas, necesarias y compatibles. El alcance de la declaración ha de comprender, por tanto, todos estos elementos inventariados, incluida el área de terreno que dibuja su distribución espacial. En realidad, toda la trama de estanques salineros configura una retícula irregular de muros, canales, plazoletas, etc. que, de manera necesaria, comprende el espacio productivo intermedio. Otro espacio, enmarcado por construcciones propias de la industria salinera, es el área comprendida entre el gran muro plataforma, el puerto de la Savina y sa Sèquia y la orilla NW de s'Estany Pudent, donde se acumulan una serie de elementos constructivos inextricablemente ligados a ses Salines de Formentera. Es también espacio patrimonial, ya que estaba ocupado por grandes plazas de carga, descarga y acumulación de sal ya extraída de los estanques. Un tercer sector es la zona o pasadizo artificial de circunvalación en s'Estany Pudent. Construido para que el agua, al girar movida por aparatos artificiales, como especialmente la denominada máquina d'en Palla, aumentase su grado de salinidad. Entonces, queda protegido este sistema, incluido el muro y la propia orilla del estanque. En cualquier caso, la figura que se propone para todo el conjunto de elementos mencionados es la de Bien de Interés Cultural. En cuanto a la tipología del Bien de Interés Cultural, hay que admitir que la Ley del patrimonio histórico de les Illes Balears, que resigue los conceptos y preceptos de la ley estatal del año 1985 deja, en este caso, un margen abierto al menos a dos o, incluso, tres posibilidades. Se descarta la de lugar de interés etnológico, a causa del hecho de que la organización de las salinas de Formentera, tal como ha llegado a la actualidad, no es exactamente una «manifestación de las formas de vida, cultura y actividades tradicionales del pueblo...». Tampoco parece apropiada la figura de conjunto histórico, a causa de la diversificación de elementos y del espacio observado, ni de zona arqueológica propiamente dicha, en la medida que la parte de las salinas, con restos en el subsuelo solamente susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, aunque sin dudar su existencia -y, por tanto, según la misma ley, adquiriendo también la condición de zona arqueológica- no parece en ningún caso predominante. Por ahora, y mientras las leyes no creen figuras específicas, como por ejemplo de «zona histórico-industrial», la figura tipológica que más encaja aquí es la de «lugar histórico» a causa de la acumulación de elementos «técnicos» e «histórico-industriales», definidos en el punto 4 del artículo 6 de la Ley del patrimonio histórico de les Illes Balears. Ésta será, por tanto, la tipología adoptada.

6. Bibliografía

Cirer Pons, J. Tratado de las Reales Salinas de Yviza y Formentera. Introducción y transcripción de Antoni Ferrer Abárzuza. Editorial Mediterrània, Eivissa 1999.

Macabich, I. Historia de Ibiza III: 16-17. Marí Cardona, J. Els camins i les imatges de l'Arxiduc ahir i avui. Institut d'Estudis Eivissencs, Eivissa, 1992; p. 116-119. Austria, L.S. de: Les antigues Pitiüses. Vidal, L. M.; E. Molina: «Reseña física y geológica de las islas de Ibiza y Formentera». Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, VII. Madrid, 1880: 67-113. Vilá Valentí, J. Ibiza y Formentera islas de la sal. Estudios Geográficos. Madrid, Instituto de Geografía Elcano, CSIC XIV 1953. Vilá Valentí, J. Formentera. Estudi de geografía humana. Patronato Municipal de Cultura. Ayuntamiento de Formentera. Eivissa 1986: 40-41 y otras.

7. Listado de elementos mecánicos, constructivos, técnicos y de ingeniería ligados a las Salinas de Formentera

1. Muro de poniente (parte remanente del «Guafe»), después de su destrucción parcial a principios de los años 90.

2. Torre de molienda de la Sal. 3. Caseta antigua, adosada al muro de tránsito de vagonetas. 4. Gran muro-plataforma de tránsito de vagonetas para el transporte de sal a la torre de moler y otras operaciones de carga y descarga. 5. Carpintería. 6, 9, 12, 13. Construcciones de una sola planta ligadas a la industria salinera. 8 y 10. Norias para el trasvase de agua de los estanques. 11. Antiguo depósito subterráneo con parte aérea de refugio para combustible construido por los alemanes en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. 14. Caseta de los carabineros. 15. Puente sobre sa Sèquia. 16. Vivero para peces tallado en la roca. 17. Sa Sèquia, sufragada por el obispo Basilio Carrasco. 18. Noria para el trasvase de agua de los estanques. 19. La «Màquina d'en Palla». Elemento para activar la circulación de agua alrededor de s'Estany des Peix. 20. Molino d'en Ferrer, antigua estructura a propulsión eólica para activar la circulación de agua salada. 21. Muros con contrafuertes de la plaza de levante de acumulación de sal. 22. Genéricamente, todos los muros de separación y delimitación de estanques, canales y mecanismos de compuertas y plazoletas, en toda la zona salinera de Formentera. 23. Muro de circunvalación en s'Estany Pudent, por donde se hacía girar el agua con la finalidad de aumentar su salinidad.

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