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Documento BOE-A-2002-6649

Decreto 17/2002, de 21 de febrero, por el que se declara bien de interés cultural el bien mueble denominado «Tesorillo altomedieval de Ambojo».

Publicado en:
«BOE» núm. 83, de 6 de abril de 2002, páginas 13309 a 13310 (2 págs.)
Sección:
III. Otras disposiciones
Departamento:
Comunidad Autónoma de Cantabria
Referencia:
BOE-A-2002-6649

TEXTO ORIGINAL

Mediante Resolución de la Consejería de Cultura y Deporte, de 11 de junio de 2001, se incoó expediente para la declaración de bien de interés cultural a favor del bien mueble denominado «Tesorillo altomedieval de Ambojo».

El Centro de Estudios Montañeses y la Universidad de Cantabria informan favorablemente la pretendida declaración con fechas 27 de septiembre de 2001 y 9 de enero de 2002, respectivamente.

La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha propuesto declarar bien de interés cultural el bien mueble mencionado y, a tal efecto, insta al Consejo de Gobierno de Cantabria dicha declaración, haciéndole constar que se han cumplimentado todos los trámites preceptivos en la incoación e instrucción del expediente.

En su virtud, y de acuerdo con lo establecido en el artículo 24.7 de la Ley Orgánica 8/1981, de 30 de diciembre, del Estatuto de Autonomía para Cantabria, reformada por Ley Orgánica 11/1998, de 30 de diciembre, y en el artículo 19 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria, a propuesta del Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, previa deliberación del Gobierno de Cantabria en su reunión del día 21 de febrero de 2002, dispongo:

Artículo 1.

Se declara bien de interés cultural el bien mueble denominado «Tesorillo altomedieval de Ambojo».

Artículo 2.

Describir el bien objeto de la declaración en el anexo que se adjunta.

Disposición adicional única.

Se faculta al excelentísimo señor Consejero de Cultura, Turismo y Deporte para la realización de cuantos actos sean necesarios para la efectividad de este Decreto.

Disposición final única.

El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación.

Santander, 21 de febrero de 2002.–El Presidente del Gobierno de Cantabria, José Joaquín Martínez Sieso.–El Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, José Antonio Cagigas Rodríguez.

Anexo
Descripción

El tesorillo altomedieval de Ambojo, formado por un excepcional lote de monedas medievales, fue descubierto casualmente en el año 1983 en las inmediaciones del cementerio de Pedreña (término municipal de Marina de Cudeyo). El lugar del hallazgo se corresponde con un antiguo espacio funerario, ya que el hallazgo monetario tuvo lugar entre varias tumbas de lajas medievales puestas al descubierto por las obras de construcción del aparcamiento del cementerio de Pedreña y del camino de acceso al mismo. Este cementerio se superpone a la antigua iglesia de la localidad, y se conservan restos de otros dos edificios religiosos de fábricas gótica y moderna.

El tesorillo se compone por varias decenas de monedas que, en virtud de sus características, parecen corresponder a los últimos años del siglo XI o principios del siglo XII. Aparecen representados tres monarcas en diversa y reveladora proporción: Uno, castellano-leonés, Alfonso VI, que graba sus cuños en el 27,7 por 100 de las piezas, y dos aragoneses, Sancho V Ramírez y Pedro I, que representan el 66,6 por 100 y 1,38 por 100 de las piezas, respectivamente. Atendiendo a los aspectos numismáticos, se constatan tipos tardíos en la serie de Sancho Ramírez, todos ellos con efigie real a la derecha y leyenda Aragón en el reverso, que han permitido identificar dos subtipos. Se evidencia una variedad de cuños. En la práctica totalidad de las piezas del tesorillo los pesos medios son próximos a los obtenidos por otros investigadores, aunque algunos ejemplares singulares de este tesorillo los superan ampliamente. Los módulos, por su parte, muestran una homogeneidad aún mayor que la variable anterior.

Si en virtud de determinadas consideraciones técnicas e históricas, podemos establecer que las monedas de las que se compone el tesorillo salieron de los talleres en los últimos años del siglo XI o en los primeros años del siglo XII, podemos aproximarnos, asimismo, a otras dos fechas de más difícil determinación: Las de acopio y de ocultamiento. El escaso desgaste de las monedas que se pone de manifiesto en la vivacidad del relieve de las efigies y símbolos, así como la masa monetaria conservada, indica que las monedas no estuvieron circulando durante mucho tiempo. Por estas razones, es posible que las monedas pudieron ser atesoradas durante el reinado de Pedro I y escondidas poco tiempo después.

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